Durante el acto de inauguración del no-pabellón, la profesora Pilar Borraz dramatizó maravillosamente un texto de Galeano sobre a figura del Árbitro. Os ofrecemos íntegramente el texto. En cuanto a las imágenes, están en la memoria de todos. Gracias Pilar eres estupenda.
"Nos podíamos olvidar hoy de la tan sacrificada y poco reconocida
profesión deportiva como es la del árbitro. A todos los árbitros
del mundo dedicamos esta página poética escrita por Eduardo
Galeano:
“El
arbitro es arbitrario por definición. Éste es el abominable tirano
que ejerce su dictadura sin oposición posible y el ampuloso verdugo
que ejecuta su poder absoluto con gestos de ópera.
Silbato en boca, el árbitro sopla los vientos de la fatalidad
del destino y otorga o anula los goles. Tarjeta en mano, alza los
colores de la condenación: el amarillo que castiga al pecador y lo
obliga al arrepentimiento, y el rojo, que lo arroja al exilio.
Los
Jueces de línea, que ayudan pero no mandan, miran de afuera. Solo el
árbitro entra al campo de juego; y con toda razón se persigna antes
de entrar, no bien se asoma ante la multitud que ruge.
Su
trabajo consiste en hacerse odiar. Unica unanimidad del fútbol:
todos lo odian. Lo silban siempre, jamas lo aplauden.
Nadie
corre más que él. Él es el único que está obligado a correr todo
el tiempo. Todo el tiempo galopa, deslomándose como un caballo, este
intruso que jadea sin descanso entre los veintidós jugadores; y en
recompensa de tanto sacrificio, la
multitud aúlla exigiendo su cabeza.
Desde
el principio hasta el fin de cada partido, sudando a mares, el
árbitro esta obligado a perseguir la blanca pelota que va y viene
entre los pies ajenos. Es evidente que le encantaría jugar con ella,
pero jamás esa gracia se le ha sido otorgada. Cuando
la pelota, por accidente, le golpea el cuerpo todo el público
recuerda su madre.
Y sin embargo, con tal de estar ahí, en el sagrado espacio verde
donde la pelota rueda y vuela, él aguanta insultos, abucheos,
pedradas y maldiciones.
A
veces, raras veces, alguna decisión del árbitro coincide con la
voluntad del hincha, pero ni así consigue probar su inocencia.
Los
derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él.
Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias,
los hinchas tendrían que inventarlo si el no existiera. Cuanto más
lo odian, mas lo necesitan.
Durante
más de un siglo el árbitro se vistió de luto. ¿Por quién? Por
él.
Ahora
disimula con colores.Eduardo
Galeano
ACTO
LUDICO-FESTIVO DE LA NO-INAUGURACIÓN DEL PABELLÓN
INAUGURACIÓN
ARTÍSTICA DEL GRAN MURAL:PINTURA, MÚSICA, Y LITERATURA DEPORTIVA.
IES MARIA CEGARRA SALCEDO.
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