Y LOS LABERINTOS DE LA LECTURA

Su obra
«Ficciones», es un recopilatorio de
relatos, dividido en dos colecciones: «El
jardín de los senderos que se bifurcan» y «Artificios». Entre los temas tratados
por Borges en este libro, destaca el tema del tiempo, más concretamente el
tiempo infinito, que muchas veces tiende a asociar con lo circular. Así ocurre
en el relato «las ruinas circulares», en el cual un hombre crea a través de la
imaginación a otro ser humano, y al final, se da cuenta de que él mismo es la
invención de otro hombre superior; o en «el jardín de los sederos que se
bifurcan», en el cual aparece un “libro-laberinto” que tiene un carácter
circular, pues entre las múltiples posibilidades de seguir la narración, cabe
la posibilidad de volver a empezar la novela de manera cíclica, infinita.
Otro de
los recursos más usados por Borges a la hora de componer sus textos es la
invención de obras, o incluso autores, que en realidad no existen. En sus
relatos, crea historias a través de otros libros y escritores que nombra, que
son producto de su imaginación. Él mismo consideraba que, antes de realizar el laborioso
trabajo de escribir un libro, prefería inventar un mundo en el que dicho libro
estuviese ya escrito. Ejemplo de esto es el relato de «Tlön, Uqbar, Orbis
Tertius», en el que se habla de una secta que en secreto, había creado una
basta enciclopedia de un mundo imaginario; o «La Biblioteca de Babel»,
que narra un mundo ficticio en forma de Biblioteca (otro recurso muy utilizado
por Borges) infinita, que nunca acababa y que contenía todos los libros
existentes, a veces sin sentido debido a la combinación aleatoria de las
letras.
El
pensamiento filosófico deja huella en las obras de Borges, lo que él mismo
admite. Muchos de sus relatos están influenciados en las teorías de filósofos
como John Locke, Nietzsche, Schopenhauer... y otros escritores. Así, muchas de
sus obras son breves ensayos, en los que trata de dar una explicación de
diversos pensamientos filosóficos, o en otros casos, de desarmar los argumentos
de ellas. El propio Borges dice: « No soy un pensador ni un moralista, sino
sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia
confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en
forma de literatura.»
En la
primera colección, «El jardín de los senderos que se bifurcan», vemos con gran
claridad el tema de lo infinito, que a veces, une con la invención del algún
libro, autor o mundo.
En
«Tlön, Uqbar, Orbis Tertius», cuyo personaje principal es el propio Borges, se
narra el descubrimiento por parte de éste, de una basta enciclopedia que
encierra el conocimiento de un mundo desconocido para la humanidad: Tlön. Este
tomo acerca del idílico paraje, contiene la biología, geología, idiomas (y sus
dialectos), filosofía, sistema numérico, etc de este mundo y su gente, un mundo
mágico y nuevo, regido por el idealismo. Tan enormes son los conocimientos que
contiene el libro, que hasta se considera que esa tierra, Tlön, existe de
verdad. Sin embargo, al final del relato, se da una explicación más o menos
coherente: al parecer, una secta de varios siglos de antigüedad, se organiza
para la escritura de una enciclopedia, que haga creer a la gente de la
existencia de un mundo distinto al nuestro.
En
«Pierre Menard, autor del Quijote», Borges vuelve a utilizar el recurso de
inventar libros y autores. Aquí, Pierre reescribe El Quijote de Cervantes repitiendo palabra por palabra, coma por
coma. El atrevido ingenio de Borges sugiere que la misma obra, punto por punto,
es distinta según la época en la que se componga ya que la visión del mundo de
sus autores es diversa y el significado que para ellos tienen las mismas
palabras, también.
Junto a
estos dos relatos, «Examen de la obra de Herbert Quain» es otro ejemplo de la
gran capacidad imaginativa de Borges, capaz de crear autores con obras extensas
y complicadas, que en realidad no existen, sólo dando a intuir los pensamientos
y la manera de escribir del escritor.
«La
lotería en Babilonia» es un cuento bastante interesante que explica el
surgimiento de una lotería bastante especial en esta utópica región. Ésta es
creada y organizada por una organización llamada La Compañía , y empezó siendo
como las demás: el número ganador recibía un premio. Pero al ver el poco éxito
que suscitaba esta práctica, se decidió cambiar las normas del juego: ahora
también habría un perdedor, que recibiría un castigo. Así, el castigo o el
premio también quedaban en manos de otro sorteo sucesivo, y las condiciones del
castigo y el premio, así como las consecuencias del mismo, a otro más. De esta
manera, el destino queda en manos de la lotería, mediante sorteos infinitos. La
realidad es una lotería, en manos de la Compañía... «Babilonia no es otra cosa que un
infinito juego de azares»
«Las
ruinas circulares», «La biblioteca de Babel» y «El jardín de los senderos que
se bifurcan» son el resto de cuentos que completan la primera colección de
Ficciones. En ellos se vuelve a mostrar la preferencia que tiene Borges por el
tema de lo infinito. En el primero, un hombre (“el soñador”), mediante el
sueño, trata de crear un ser humano. Tras un arduo camino, consigue hacerlo con
ayuda del Dios fuego. Su hijo queda destinado en otro templo, y el soñador se
entera mediante habladurías de que su creación es capaz de caminar sobre el
fuego sin quemarse. Al final del relato, el soñador se da cuenta de que le ha
llegado la hora de morir, y mientras agoniza, se acerca a un gran fuego que,
para su sorpresa, no le quema. Es entonces cuando se da cuenta de que él
también fue creado, es producto del sueño de otro hombre.
En el
segundo, Borges nos crea un mundo, en forma de biblioteca que es enorme (aunque no infinito). En él se
encuentran grandes celdas hexagonales, que contienen libros con todas las
combinaciones posibles de los 25 caracteres que constituyen el lenguaje del
utópico lugar. Así hay novelas incoherentes debido a la combinación de las
letras, y otras que si tienen sentido. Los hombres de este mundo vagan por él,
leyendo los libros de la biblioteca, buscando el fin y el principio de ella,
cosa imposible debido a su inmensidad; es tan extensa que parece infinita.
En el
tercero, vuelve a hacer uso de lo infinito (y de la invención de novelas dentro
del cuento), mediante la narración de un relato de espías. Un infiltrado de la
guerra, huyendo de su captor, llega a la casa donde un hombre investiga la obra de su antepasado. Este
antepasado dejó un trabajo escrito, a modo de laberinto, infinito y circular,
que podía tener múltiples historias según la elección que tomase el lector en
cada momento.
La
segunda colección de este libro se llama «Artificios», y comprende 9 cuentos
entre los que se incluye el que para Borges es su mejor trabajo, «El sur» (el
último que escribió de su puño y letra antes de que la ceguera le dejase
incapacitado para la labor de la escritura). Otros de los destacados dentro de
esta colección son «Funes, el memorioso”, que en palabras de Borges es «una
metáfora del insomnio»; y «La muerte y la brújula», una enmarañada historia de
venganza.
En
«Funes, el memorioso» se narra el encuentro del protagonista con Ireneo Funes,
un joven un tanto peculiar (sabía a cada
instante la hora del día sin mirar el reloj). Luego, tras sufrir un accidente,
comienza a ser capaz de recordar pormenorizadamente cada objeto y fenómeno con una memoria increíblemente
prodigiosa . Ahora Funes lo recuerda todo, y cada percepción que tiene
es, para él, una característica única e inolvidable. Crea un sistema numérico
un tanto especial, en el que cada número pasa a denominarse con un nombre
concreto, y planea hacer una clasificación en su memoria de todos sus recuerdos.
Al final desiste de esa tarea, pues le llevaría toda la vida tan solo
clasificar sus recuerdos de niñez, y muere de congestión pulmonar años después.
«La
muerte y la brújula» cuenta una trama policíaca, en la que un investigador
trata de resolver una serie de crímenes que, según las pruebas, tienen como
objetivo el descubrimiento del nombre de Dios. El investigador consigue llegar
hasta el escenario donde se producirá el siguiente asesinato, pero es atrapado
y descubre que, en realidad, todo ha sido una trampa para cazarle, pues el
asesino lo que quiere es vengarse del investigador que encarceló a su hermano.
En «El
milagro secreto» se cuenta la vida y la
muerte de un escritor checo , fusilado por la Gestapo. En las
milésimas de segundo justo antes de su muerte, el tiempo se paraliza durante un
año. Esto sucede debido a que el hombre le pide a Dios un año de tiempo para
poder terminar una de sus obras, y al parecer, dicho tiempo le es concedido.
En «La
forma de la espada» se narra la historia de un hombre que traiciona sus
principios para poder salvar su vida en la guerra; «Tema del traidor y el
héroe» especula acerca de que la revolución en Irlanda estuvo planeada por los
gobernantes; «La secta del fénix» habla sobre una secta secreta con un gran
secreto y un rito bastante peculiar; «El fin» trata de un duelo de venganza
entre dos hombres, con trágico final
para uno de ellos; y «Tres versiones sobre Judas» nos da una alternativa a la
historia del apóstol contada en la Biblia. Tras largas investigaciones teológicas,
un escritor descubre que Judas, el gran traidor, en realidad es la encarnación
de Dios.
Por
último, en «El sur» se nos narra la historia de un hombre que, “atrapado en la
gran ciudad”, anhela ir a una casa que tiene en el Sur y que perteneció a su
abuelo. Un día, sufre un accidente al darse con un saliente en las escaleras,
por lo que es ingresado en el hospital y queda al borde de la muerte. Sin
embargo, consigue salir de este trance, y decide emprender un viaje hacia el
Sur. Estando cerca de su destino, se involucra en una pelea en un bar, y acaba
muerto tras un duelo a cuchillo. Al final del cuento, Borges nos da a entender
que en realidad el hombre murió en el hospital, y que ante la idea de una
muerte tan absurda, su mente imagina otra forma de dejar este mundo más
parecida a la que tuvo su abuelo: «Sintió, al atravesar el umbral, que morir en
una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una
liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del
sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera
podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o
soñado».
En
«Ficciones», los cuentos son en realidad una especie de ensayos literarios, con
temas como lo infinito o lo circular. En ellos, Borges utiliza las palabras
para “ficcionar” los hechos reales. Haciendo que todos los cuentos parezcan
tener algo en común, nos hace pensar que nos va a llevar a un final que una
todos los relatos, cuando en realidad estos nos llevan a la nada, a la
inmensidad de lo infinito.
MANUEL CARLOS ALCARAZ SALVAGO
MANUEL CARLOS ALCARAZ SALVAGO
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